Soy una gota de agua

Soy una gota de agua, que cae, sople viento fuerte o no, haga frío o calor, cae y sigue cayendo, sin que nada pueda pararla hasta llegar a su destino.

Esa gota un día se desprendió de un nubarrón gris cargado de energía eléctrica que causa reúma y que lleva tormenta a los lugares que visita.

Un nubarrón que atrapa a muchas gotas, que creen que no hay otro destino más que formar parte de esa masa gris, sin saber que pueden, con un poco de voluntad, tener la forma de una gota y, gracias a una fuerza que no dominan, comenzar a deslizarse hacia el extremo de ese nubarrón, para con un pequeño esfuerzo ya salir del todo de él y comenzar su viaje, cayendo, siempre cayendo.

Soy una pequeña e insignificante gota de agua pura y limpia que cae, sólo cae, no importa lo que esa gota o sus circunstancias puedan hacer, va a caer hasta que un día llegue a su destino, un increíble mar, o un precioso lago, en los que descansará.

Una vez podemos caer en la India, otra vez podemos caer en España, quién sabe, cada vez es una aventura distinta. Y no vale la pena preocuparse, pues no hay quien pueda evitarlo, caeremos pase lo que pase, hasta llegar a un lugar que inexplicablemente nos estará esperando.

Todos somos gotas de agua, podemos estar en una nube o saltar de ella y comenzar nuestro viaje.