diumenge, de desembre 03, 2006

Consumir menos - Consume less

En lo países que se autodenominan "desarrollados" hace falta una revolución que derroque del poder a las multinacionales, las cuales, contra la voluntad del pueblo, estan por encima del poder político.
Estos títeres gobernantes estan llevando al Planeta a una situación de colapso. Si toda la población del planeta consumiera al ritmo de los norte-americanos, harían falta 7 planetas para suplir todos los recursos necesarios. Si todo el mundo consumiera al ritmo de lo países "ricos" (económicamente, claro), harían falta 3 planetas. Sólo hay un planeta, así que algo va a tener que cambiar, o lo cambiamos nosotros los humanos, que hemos provocado esta situación, o lo cambiará la madre Naturaleza.

Siendo más concretos, una propuesta de solución es el Consumo Consciente, que, dado el nivel de consumo al que estamos actualmente en nuestra sociedad occidental, se traduce en CONSUMIR MENOS.
Ejemplos para llevar a cabo esta revolución son:
- Comprar sólo aquello que es realmente necesario, aprender a no ser víctimas de campañas de márketing o de manipulación
- Valorar lo que uno tiene. Si tu coche tiene 10 años pero te lleva al trabajo, que es para lo que lo usas, ¿por qué vas a cambiarlo?
- No prestar atención a marcas ni logos sin un contenido o significado real
- No pisar un centro comercial ni para comprar sellos
- Participar en cooperativas de consumidores que promueven el consumo consciente
- Comprar productos locales cuando se disponga de ellos
- Evitar productos que han sido producidos en condiciones de explotación o cuya obtención requiere la degradación del medio ambiente. Se incluye aquí utilizar petróleo y sus derivados como combustible.
- Predicar con el ejemplo, para que las nuevas generaciones aprendan a vivir así
- Trabaja el tiempo que tú consideres necesario, no el que la empresa considere necesario. Prefiere ser un barquero humilde antes que un abogado trajeado.
- Pasar más tiempo con la familia y los amigos, ver menos televisión (sobretodo programas en los que hablen dos o más personas a la vez) y leer más.

Todo esto no me lo invento yo, sólo lo recopilo, hay multitud de entidades de prestigio que reconocen que el ritmo de consumo actual no tiene sentido y se debe cambiar. La sociedad de consumo se basa en el crecimiento a partir de más consumo. En el camino está excluyendo al 75% de la población mundial, y si no cambia la tendencia creciente del consumo, será más.

Me baso en lo que decían el Foro Social Mundial, Jean Ziegler (Consejero de las Naciones Unidas), José Saramago (Premio Nobel de literatura) y muchas más personas, hoy en un reportaje emitido en La2 (una de las pocas cosas que valdría la pena ver en la tele esta noche, no como el programa "El Rondo" que hacían justo después, que era "alpiste mental" (ese que nos mantiene entretenido para que no nos paremos a pensar en cosas más interesantes y realmente más importantes) del más puro).

Más referencias:
http://www.corporations.org/solutions/#consumeless - un poco frikis algunas cosas que dice pero otras estan muy bien, sobretodo en la parte de consumir menos.

O el libro "Por una ética del consumo" de Adela Cortina, que explica muy claro que para ser feliz no es necesario consumir más que el vecino, entre otras muchas cosas (este libro fue uno de los que cambió mi forma de ver la vida para siempre).

Una frase bien cortita, para el que busque una cápsula: "Vive sencillamente, para que otros puedan sencillamente vivir" Mahatma Ghandi

También esta entrevista de La Vanguardia está muy bien:

"Hay que consumir menos para vivir mejor", LA VANGUARDIA, 03-05-05 [Oyana]
jim.jpgJim Merkel. IMAGEN: JOSÉ MARÍA ALGUERSUARI

JIM MERKEL, PROMOTOR DE LA SIMPLICIDAD RADICAL EN LA VIDA

Tengo 47 años. Nací en Nueva York y vivo en el campo, en Vermont. Soy ingeniero y he trabajado 12 años como ingeniero militar y comercial de la industria armamentística norteamericana. Ahora vivo de los intereses de mis ahorros. Tengo pareja. He venido invitado por BioCultura para dar una charla sobre la vida simple radical

IMA SANCHÍS - 03/05/2005

P-Usted era un hiperyuppy...

R-Me pasaba la vida viajando en business para vender a países de la OTAN las armas que fabrica Estados Unidos.

P-¿Por qué decidió abandonar?

R-Como ingeniero militar diseñaba artilugios ultrasecretos que, junto a las armas, acababa vendiendo a países que estaban en guerra entre sí o a dictadores sanguinarios. En todo aquello había una gran falta de ética por parte de los gobiernos y los militares.

P-¿Tardó doce años en darse cuenta?

R-El empujón definitivo fue el desastre del Exxon Valdez en 1989, pero esta vez no culpé a otros, supe que el culpable era yo.

P-¿...?

R-Yo utilizaba aviones continuamente y, en el aeropuerto, me esperaba el gran coche. Me hice consciente de que los combustibles fósiles forman parte de todo lo que consumo. ¿Cómo podía convencer de mi inocencia a un jurado de doce ballenas? Decidí en ese momento hacerme responsable y aplicar la filosofía de vivir globalmente.

P-¿Tener el mundo en la cabeza?

R-Sí, un modo de vida equitativo y armonioso entre la totalidad de la población humana, los millones de especies y las incontables generaciones venideras.

P-¿Cuál fue su estrategia?

R-Primero cambiar de pregunta. En lugar de ¿cómo puedo ganar más dinero? me pregunté ¿qué es lo que necesito? Usé mis libros de ingeniería para establecer un plan. La renta de ingresos debía quedar por debajo del nivel susceptible de pagar impuestos. Así no contribuiría a que ninguna bomba o bala fueran a parar a los campesinos que viven cerca de los recursos más codiciados del planeta.

P-Usted podía porque ya tenía.

R-Quería más, quería llegar a vivir con una renta anual de 5.000 dólares (la renta media de las personas de todo el mundo es de 4.500 dólares). Cogí papel y me hice una lista exhaustiva de lo que gastaba y empecé a tachar todo lo que podía suponer un lastre: el barco..., fuera. La furgoneta..., fuera. Restaurantes..., fuera. Suscripciones diversas..., fuera. Vivienda...

P-¿... Fuera?

R-Dividí la casa, alquilé las tres habitaciones que tenía libres y planté un huerto. Así he vivido durante 16 años sin tocar mis ahorros. Ahora trabajo de forma voluntaria, realizo talleres prácticos de cómo cambiar la vida, doy conferencias a jóvenes universitarios y, sobre todo, gasto poco.

P-¿Es más feliz?

R-Sí, ya no tengo estrés y tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan y estimular ideas creativas para proteger al planeta intentando contribuir a un mundo más justo. Pero sobre todo soy libre.

P-Nos educan y nos mentalizan para que seamos buenos consumidores.

R-En un hogar norteamericano se ve la televisión un promedio de 8 horas al día. Cada ciudadano ve 40.000 anuncios al año. Después de dormir y trabajar, ver la televisión es la principal actividad de los norteamericanos.

P-Añada a eso la educación institucional...

R-En Dumbing us down, John T. Gatto, profesor del año del estado de Nueva York, demuestra que la enseñanza pública educa a los niños sobre todo a seguir órdenes. Emprender una vida según criterios propios es una habilidad que no nos han enseñado, a no ser que hayas tenido suerte y cuentes con una familia, unos amigos o un maestro que alentaran el tipo de comportamiento que propicia que nuestros sueños se hagan realidad.

P-¿Cómo puedo cambiar de vida?

R-Una herramienta es medir y ser consciente de la huella ecológica que provocamos. Existen unas tablas que nos indican los desechos que generamos en un año según lo que consumimos. Cuanto más ganas, más gastas y mayor impacto provocas en la Tierra. La segunda herramienta es la bolsa o la vida.

P-Disyuntiva extrema.

R-Cuando registre hasta el último céntimo de lo que gasta y en qué lo gasta aprenderá a determinar que cantidad de tiempo, que es lo mismo que energía vital, invierte para obtener lo que consume. Le aseguro que a partir de ahí empezará a ahorrar.

P-Hay que saber medir las necesidades...

R-Se cae con facilidad en la resbaladiza cuesta del más allá de lo suficiente:tener demasiadas cosas que no contribuyen a realizarnos, y demasiadas pocas que sí lo hacen.

P-Es difícil.

R-Hay que romper el círculo vicioso: cuando una persona se encuentra sujeta al yugo de la sociedad, seguramente pasará demasiado tiempo en la autopista y relajando la tensión frente al televisor o tomando demasiadas copas. Todo eso nos adormece e impide que veamos las alternativas.

P-Cierto.

R-Hay un criterio interesante, el de integridad, inteligencia e independencia económica (IE). La integridad comporta que seamos responsables de todas las implicaciones del dinero que pasa por nuestras manos. La inteligencia es saber gastar la energía vital con sabiduría.Yla independencia económica significa que se ha ahorrado lo suficiente para poder hacer frente a los gastos mensuales a partir de las rentas por intereses. Si quiere un buen consejo: cancele la tarjeta de crédito.

P-Me está usted preocupando.

R-Lo que yo propongo es disfrutar de una gran calidad de vida con una huella pequeña. El reto de la sensatez ecológica consiste en convertirse en un experto en obtener el máximo a partir de lo mínimo. Se trata de consumir menos, vivir mejor e interactuar más con el entorno; a cambio, su vida tendrá más sentido.

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