Libros al viento
He estado esta mañana revisando los recuerdos que traje de este verano, que estuve en Bogotá.
Entre ellos, algunos mapas, cartas con mucho cariño escritas en papeles de colores, ... y dos libros, pequeños, de apenas 60 páginas, dos ejemplares del mismo libro: "Palabras para un mundo mejor", su autor José Saramago.
¡Qué sorpresa cuando Adela, una buena amiga de mi querida Patricia, me regaló uno de estos libros y vi que su autor era él!, otra vez me lo volvía a encontrar estando de viaje, como cuando fui a Lisboa y acabé visitando su casa natal en Azinhaga...
Había cruzado el Atlántico pocos días antes que yo, para presentar este librito, que es un conglomerado de discursos y cartas, todo con un contenido digamos militante y con mensaje de voluntad transformadora en quien lo lea.
La sensación de estar acompañado por el entrañable José Saramago, allá al otro lado del charco, estando en el Transmilenio, por las calles de la ciudad, tomando un jugo de guanábana en la octava, ... me aportó tranquilidad, seguridad, me hizo sentir muy bien.
La iniciativa de los libros al viento me parece genial, es llevar la idea de Bookcrossing al gran público, y permitir que muchas personas que pasan muuuuchas horas en el transporte público cada día tengan un lugar donde relajar la mente, leyendo algo entretenido. Consiste sencillamente en libritos que se pueden coger y dejar libremente de unas estanterías situadas en las principales estaciones de Transmilenio.
[El Transmilenio es el transporte público masivo en Bogotá, unos autobuses largos que van por toda la ciudad, por unos carriles especiales que les permiten ahorrarse los constantes trancones repartidos por los cruces de toda la ciudad.]
Aunque sí hay que decirlo, mientras estuve allí sólo había ejemplares de un libro, el que tengo ahora en casa, creo que porque era el último en haberse editado, en todo caso se echaba en falta más posibilidad de elección, ¡y lo digo yo que amo las letras de José Saramago!
En todo caso, agradecer esta iniciativa y destacar que cosas como esta, muchas pasan en Bogotá. Aquí en casa tenemos cosas que aprender de ellos también, y no permanecer en la ignorancia pensando que es un lugar peligroso y sucio donde no hay nada que hacer. Si nos ponemos a buscar peligros y suciedad, también los encontramos en nuestra querida Barcelona.
