Afeitado

Es un placer afeitarse con cuchilla.
He desterrado de una vez para siempre la maquinilla eléctrica. He aborrecido su ruido monótono e incansable, igual de horrible a primera hora de la mañana o a última de la noche.
Mucho más agradable que no afeitarme,no soy de dejarme barba, es hacerlo con cuchilla y espuma. Incluso, siguiendo la onda retro que se lleva hoy día, se me ocurre ahora que podría recuperar la brocha y el jabón y la navaja...
Es un placer dedicarle su merecido tiempo a una actividad que marca para todo el día nuestra cara; y es importante, también: la cara es el reflejo del alma, si es verdad lo que dicen.